DE UNA TARDE GRIS PLATA OXIDADA

Este es un texto libre, que no pretende ser iconoclasta. Escrito a vuelapluma. Conozco a un tipo – tipo, como paradigma, no como individuo – que nunca consigue ver su realidad reflejada en los papeles que expide el cajero automático de la Tesorería General de la Seguridad Social. Este tipo no gasta sombrero de piel de conejo y considerable cámara de aire para protegerse  del calor, pero se puede decir que se trata de un tipo cordobés. Este tipo porfía durante entrevistas, y renovaciones de contrato – escrito, verbal, tácito - , y pocas veces lo consigue , en no defraudar al fisco ni a la Seguridad Social; este tipo se siente medrar cuando realmente sólo intenta cumplir con sus derechos y obligaciones. Este tipo ha oído de  boca de los aventureros,  que allá en las tierras de Madrid y del Levante te hacen contrato a jornada completa cuando trabajas las ocho horas, y que no se empeñan en devaluar tu categoría como si fuese algo irrelevante. Este tipo no se puede decir que no tenga agallas, y que no sea emprendedor, ni aventurero, pero ama demasiado a su tierra, Córdoba, que por otra parte probablemente sea - al menos para él lo es -  la ciudad mediana-grande más telúrica, efervescente, manejable  y mágica de España. Y se resiste a abandonarla. Y es que este tipo, además, es telúrico en sí mismo. Este tipo, se puede decir que es de oro puro, y nada bruto, y que sólo necesita un poco de aire fresco, para quitarse de las facetas las vetas grises de la, con perdón, gris desesperanza.